Los conceptos básicos

En términos generales, la inversión implica colocar dinero en una actividad, producto, activo o negocio, con la expectativa de obtener un rendimiento sobre la aportación inicial.  Así, al canalizar el ahorro hacia la generación y estimulación de la actividad económica, la inversión desempeña un papel fundamental en el buen funcionamiento de la economía en su conjunto.

A la hora de elegir un producto de inversión que se adapte a sus preferencias, expectativas y necesidades, el inversor deberá tener en consideración, al menos, los siguientes elementos:

  • Inversión inicial: es la cantidad de dinero inicialmente aportada. Algunos productos, como los fondos de pensiones, permiten, además, realizar aportaciones adicionales y regulares.
  • Rentabilidad: el rendimiento o rentabilidad es la ganancia que se obtiene con respecto a la inversión inicial y es, generalmente, expresado como un porcentaje.
  • Riesgo: es la posibilidad de perder la totalidad o parte de la inversión inicial, o bien de no alcanzar las rentabilidades deseadas. El riesgo se mide a través de una escala numérica que abarca desde el 1 (“riesgo mínimo”), hasta el 7 (“riesgo muy alto”). Por lo general, la rentabilidad y el riesgo están relacionados: a mayor riesgo, mayor potencial de rentabilidad, y viceversa.

Por otro lado, también es necesario considerar el plazo, que es el tiempo durante el cual el dinero de la inversión permanecerá inmovilizado y, por lo tanto, no disponible para el inversor. En relación con este punto, la liquidez es otro concepto clave, y se refiere a la capacidad de la inversión de convertirse en dinero en efectivo de manera inmediata, y sin incurrir en pérdidas o penalizaciones. Por ejemplo, una cuenta corriente (depósito a la vista) es altamente líquida; mientras que una inversión en bienes inmuebles, como un edificio, tiene poca liquidez.

La mayoría de los productos de inversión actuales ofrecen cierto grado de diversificación, combinando activos con diferentes perfiles de riesgo y liquidez, aprovechando las ventajas de cada uno de ellos.

En cuanto a los tipos de productos de inversión, principalmente se distinguen dos:

  • Productos de renta fija: son títulos emitidos por empresas o instituciones públicas que representan préstamos (deuda) otorgados por inversores. Estos productos ofrecen unos intereses pactados y, en su caso, la devolución total o parcial del capital invertido en una fecha determinada. Este tipo de productos presenta, generalmente, menos riesgo, menor rentabilidad potencial y menor liquidez que los productos de renta variable. Un ejemplo son los bonos de empresa.
  • Productos de renta variable: tienen un mayor riesgo, mayor potencial de rentabilidad y mayor liquidez en comparación con los productos de renta fija. Las acciones son el ejemplo más conocido de este tipo de productos.

A este respecto, los objetivos y la política de inversión son otros elementos que los inversores deben consultar y conocer, ya que contienen una descripción detallada del objetivo que persigue el producto de inversión, la estrategia empleada para invertir el patrimonio depositado, el tipo de productos en los que se invertirá y su proporción (renta fija o variable, etc.), etcétera. En caso de que el activo tenga algún tipo de objetivo relacionado con la sostenibilidad, este también se reflejará en los objetivos y políticas de inversión.

Las inversiones sostenibles: rasgos principales

En la actualidad, la sostenibilidad se ha convertido en un elemento crucial a la hora de evaluar las diferentes alternativas de inversión. Los inversores buscan que su dinero, además de generar un rendimiento, se destine a actividades y entidades que produzcan un impacto positivo en el medio ambiente y en la sociedad.  Como consecuencia, la ambición en materia de sostenibilidad que presente un producto de inversión puede ser un factor no solo diferenciador, sino también determinante.

Además, el atractivo de invertir en empresas, activos o actividades sostenibles va más allá del respeto a una serie de valores personales, ya que este tipo de inversiones “sostenibles” generan rendimientos comparables o superiores a los activos tradicionales[1] y contribuyen, como valor añadido, a mejorar la resiliencia del sistema económico en su conjunto.  Este hecho puede deberse a que las actividades y empresas sostenibles se benefician de varios efectos positivos, entre otros[2]:

  • Aumento de ingresos: los productos calificados como sostenibles pueden atraer a una mayor variedad de clientes, y estos pueden estar dispuestos a pagar más por dichos productos.
  • Reducción de costes: gracias a la implementación de medidas que maximizan la eficiencia en el uso de recursos y energía, minimizan la necesidad (y el coste) de usar materias primas, etcétera.
  • Menor riesgo regulatorio: debido a que las empresas y actividades sostenibles tienen menor probabilidad de enfrentarse a multas, presiones o sanciones gubernamentales.
  • Reducción de los riesgos climáticos físicos: ya que las empresas y actividades sostenibles pueden estar mejor adaptadas y preparadas para afrontar posibles daños o perjuicios relacionados con el clima (sequías, inundaciones, olas de calor, riadas, etc).
  • Mayor productividad: asociada a mejores condiciones de trabajo para los empleados, y a la mayor capacidad de estas empresas para atraer y retener talento.
  • Mayores rendimientos de sus inversiones: ya que estas entidades tienden a invertir en activos con buenas proyecciones a futuro (por ejemplo, energías renovables, etc).
  • Acceso a mejores condiciones de financiación: ya que las empresas con buenas referencias en materia de sostenibilidad pueden contar con ciertas ventajas, como tasas de interés más bajas, facilidades de pago, o preferencia para recibir ayudas o contratos públicos, entre otras.

Muchas entidades financieras ofrecen productos que permiten a particulares, inversores y pymes invertir de manera sostenible, y beneficiarse de algunas de estas y significativas ventajas.

[1] Entre otras, algunas fuentes que respaldan esta afirmación son: ”Five ways that ESG creates value”, McKinsey;  “Positive ESG performance improves returns globally, research show”, Reuters; “How Does Investing in ESG Companies Affect Returns?”, Morningstar; “ESG Investment Returns Starting to Outperform Other Mutual Funds, ETFs”, S&P; “Rendimiento superior de ESG: no se trata de un factor”, Spainsif;  “No es un mito, sino una realidad. Los fondos ESG ofrecen mayor rentabilidad”. Estrategias de inversión.

[2] Véase: ”Five ways that ESG creates value”, McKinsey”.