La oferta global de productos de inversión sostenible ha aumentado significativamente en los últimos quince años. Según datos publicados por la red “Principios para la Inversión Responsable” (PRI)[1] de las Naciones Unidas, los activos totales bajo gestión de sus signatarios[2], que en 2006 ascendían a 5 billones de dólares, alcanzaron la cifra de 121 billones a finales de 2021, lo que subraya la importancia creciente de estos productos en el mercado.

En paralelo, los inversores han manifestado un creciente interés en incorporar criterios de sostenibilidad (ESG) en sus estrategias y productos de inversión. Esto se refleja en un estudio realizado por INVERCO en 2022[3], en el que el porcentaje de encuestados con conocimientos en inversión sostenible aumentó un 7% con respecto a la edición de 2020, alcanzando un 29%, de los cuales más de la mitad confirmaron tener los criterios ESG muy en cuenta a la hora de invertir.

Sin embargo, todavía son muchos los inversores cuya falta de conocimiento en esta materia los puede llevar a decisiones de inversión poco informadas, lo que a su vez puede resultar en inversiones ineficientes o desalineadas con sus valores y preferencias.

Dada la importancia de canalizar los flujos de inversión hacia actividades sostenibles, la Unión Europea ha enfocado sus esfuerzos regulatorios en dos áreas clave:

  • Promover y reforzar la transparencia en materia ESG de los productos y servicios financieros[4], y establecer criterios para calificar una actividad/inversión como “sostenible”[5].
  • Asegurar que las instituciones financieras ofrezcan productos financieros que se ajusten a las preferencias de sostenibilidad del inversor[6].

Estas acciones buscan permitir al inversor integrar criterios ESG en su estrategia de inversión sin sacrificar la rentabilidad. Para lograrlo, los inversores pueden recurrir a una variedad de productos, incluyendo:

Bonos verdes, sociales y sostenibles

Estos bonos se distinguen de los convencionales debido a que sus emisores se comprometen a destinar los fondos a fines medioambientales (bonos verdes), sociales (bonos sociales), o una combinación de ambos (bonos sostenibles).  Para asegurar la transparencia, se han establecido estándares y guías a nivel internacional, como los Principios de los Bonos Verdes (GBP)[7] de la Asociación Internacional de los Mercados de Capitales (ICMA); y estándares europeos, como el Estándar Europeo de Bonos Verdes (EUGBS)[8], aprobado este mes de octubre y aplicable a partir de los próximos 12 meses[9].

En 2022, España se situó como el séptimo país emisor de bonos verdes a nivel mundial[10], con una inversión total de 9.300 millones de dólares, representando un incremento del 58% respecto a 2021[11], primer año en que se emitieron bonos verdes en el país.

Fondos de inversión sostenibles

Estos fondos incorporan criterios ESG en sus políticas de inversión junto con los criterios tradicionales.  Existen varias categorías de fondos «sostenibles» con diferentes niveles de compromiso ESG.

En términos generales, las principales clases de fondos “sostenibles” se dividen en tres categorías, de menor a mayor ambición:

  • Fondos que consideran los riesgos de sostenibilidad, por ejemplo, al evitar inversiones en sectores controvertidos, como los combustibles fósiles.
  • Fondos que promueven características medioambientales o sociales[12] al emplear criterios ESG, por ejemplo, centrándose en empresas con un destacado desempeño en sostenibilidad (criterios best-in-class).
  • Fondos con un objetivo de inversión sostenible[13], que no solo consideran riesgos ESG, sino que también buscan lograr un impacto cuantificable en metas medioambientales o sociales.

El mercado de fondos sostenibles una experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años. Así lo reflejan los datos recogidos en el observatorio de datos de FINRESP, que muestran que, a finales de 2022, los fondos de inversión nacionales con características ESG[14] representaron el 33,7% del total de fondos nacionales, frente al 9,8% a finales de 2021. El patrimonio de estos fondos superó los 100.000 millones de euros a finales de 2022, un aumento de más del 60% respecto al año anterior. Además, del patrimonio total invertido en fondos de pensiones, más de la mitad perteneciente a fondos de pensiones sostenibles alcanzó los 41 millones de euros[15].

Como conclusión

La amplia oferta de productos de inversión sostenible brinda a los inversores la oportunidad de alinear sus estrategias de inversión con sus valores, sin sacrificar rendimiento. La inversión sostenible también contribuye a la creación de una economía más resiliente[16], capaz de abordar los desafíos climáticos y sociales. En este contexto, en FINRESP consideramos que la educación financiera desempeña un papel fundamental para que los inversores comprendan estos productos y tomen decisiones de inversión informadas, eficientes y acordes con sus preferencias de sostenibilidad

[1] Fuente: PRI (Principles for Responsible Investment) de las Naciones Unidas, en colaboración con el Pacto Mundial y la Iniciativa Financiera de UNEP (UN Environment Programme).

[2] En el primer cuatrimestre de 2023, PRI suma un total de 5.381 signatarios.

[3] Véase: Más de la mitad de los ahorradores que conocen los criterios ESG, los tienen en cuenta a la hora de invertir – Observatorio inverco

[4] En virtud de lo dispuesto en el Reglamento (UE) 2019/2088.

[5] Por ejemplo, a través de la Taxonomía de la Unión Europea: Reglamento (UE) 2020/852.

[6] En virtud de lo dispuesto en el Reglamento (UE) 2021/1253.

[7] Véase: Principios de los Bonos Verdes del ICMA (International Capital Market Association).

[8] Véase: European Green Bond Standard

[9] Véase: European Parliament legislative resolution of 5 October 2023 on the proposal for a regulation of the European Parliament and of the Council on European green bonds

[10] Fuente: Global State of the Market Report 2022 | Climate Bonds Initiative

[11] Fuente: Sustainable Debt. Global State of the Market, 2021.

[12] Se corresponden con los productos de inversión definidos en el artículo 8 del Reglamento (UE) 2019/2088.

[13] Se corresponden con los productos de inversión definidos en el artículo 9 del Reglamento (UE) 2019/2088.

[14] Se incluyen en el término “Fondos de inversión nacionales ESG” los fondos registrados como artículo 8 y los registrados como artículo 9 según el Reglamento (UE) 2019/2088.

[15] Véase: Observatorio Finresp

[16] Véase: ”Five ways that ESG creates value”, McKinsey”