Las calificaciones crediticias miden la capacidad y la voluntad de una empresa para cumplir con sus compromisos financieros y respaldar la buena salud de la compañía. No obstante, recientemente las agencias de calificación han comenzado a considerar en sus evaluaciones los riesgos de transición vinculados con el clima en ciertos campos, ya que prepararse para tales eventos puede afectar negativamente la calidad del crédito.

S&P publicó un informe destacando que, aunque desde principios de 2022 apenas ha rebajado la calificación de empresas no financieras relacionadas con los riesgos climáticos, para más de un cuarto de las compañías ya es una consideración esencial en sus análisis de calificación.

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