Tras un 2022 en el que la inversión ESG fue opacada por la guerra en Ucrania, las altas inflaciones y la postura más estricta de los Bancos Centrales en cuanto a política monetaria, todas las expectativas se enfocan en el próximo año.

En el transcurso del año venidero se anticipan mejoras en relación a la regulación y difusión de la inversión ESG. Además, ya no es sólo una preocupación en Europa, tras las medidas de divulgación de información financiera sostenible, los reguladores de otros mercados han igualado los requisitos de información clara para los fondos ESG.

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