El Economista señala cómo el Viejo Continente ha desempeñado en los últimos años un papel protagonista frente a Norteamérica en lo que respecta a la inversión en base a criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés), y es que, ha sido particularmente potente impulsando una regulación para las finanzas sostenibles. Especialmente, señala el medio, con la entrada en vigor, el pasado mes de marzo, del Reglamento de Divulgación de información relativa a la sostenibilidad, o la creación de una taxonomía verde.

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