Las finanzas sostenibles no son un compartimento estanco, en la medida en que los agentes financieros viven en un contexto de cambio permanente y en que el propio concepto de sostenibilidad y los retos a los que nos expone la no observancia de los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo están actualizándose también de manera constante.

Esta doble circunstancia obliga al ámbito de las finanzas sostenibles a la innovación continua, y hace que proliferen en su contexto nuevas iniciativas a un ritmo difícil de seguir.

Por eso, en esta edición de los Textos con Sentido vamos a repasar algunas de las innovaciones más recientes de ámbito internacional, y dedicaremos la próxima a poner el foco en otras impulsadas desde España.

Mirando hacia fuera y en el ámbito de los estándares para homogeneizar los requisitos de acceso a financiación sostenible, Credit Suisse y la Climate Bonds Initative han colaborado recientemente en el whitepaper Financing Credible Transitions (Financiando Transiciones Creíbles), que aspira a establecer un marco mucho más exigente para identificar transiciones creíbles y alineadas con el Acuerdo de París que puedan optar a un nuevo mercado de bonos de transición que brinde simultáneamente confianza a los inversores, claridad a las entidades de crédito y credibilidad a los emisores.

El whitepaper fija cinco principios muy ambiciosos para que un proyecto ambiental pueda considerarse realmente de transición, incluidos que su objetivo sea bien el ‘net zero’ en 2050 o la reducción de emisiones a la mitad en 2030, que cuente con fundamentos científicos, que no gire en torno a meras compensaciones de carbono o que esté basado en métricas operativas en lugar de en simples promesas.

También están produciéndose innovaciones interesantes desde el ámbito empresarial. LafargeHolcim, por ejemplo, lanzó una emisión sostenible por valor de 850 millones de euros en noviembre del año pasado en la que sus inversores lograrán un mayor rendimiento si la compañía no cumple una serie de KPIs de sostenibilidad, como la reducción de emisiones a 475 kg de CO2 netos por tonelada de material cementoso en 2030.

En materia de seguros, la compañía de reaseguros del grupo energético Enel, Enel Insurance, ha lanzado un seguro de propiedad a todo riesgo en que la prima se calcula en base al grado de cumplimiento por parte de Enel del ODS 7 (Energía Asequible y Limpia), para el que la multinacional italiana ha fijado la meta de que el 55% de su capacidad instalada total provenga de fuentes renovables a finales de 2021.

Y la iniciativa SME Climate Hub, lanzada en septiembre de 2020 por la International Chamber of Commerce, la Exponential Roadmap Initiative, la coalición We Mean Business y la campaña Race to Zero de Naciones Unidas, es otro proyecto indiscutiblemente innovador que busca ayudar a las pequeñas y medianas empresas a reducir a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030 y a alcanzar el ‘net zero’ antes de 2050.

Proliferan asimismo las iniciativas multisectoriales, como la de los once bancos, aseguradoras y firmas de inversión holandesas que han firmado un nuevo compromiso por el cual se comprometen a hacer una contribución positiva a la biodiversidad a través de sus actividades e inversiones. O el lanzamiento de un fondo de capital semilla para la reforestación de países en vías de desarrollo con una capitalización inicial de 25.000 millones de euros lanzado en octubre del año pasado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), la Frankfurt School of Finance and Management y los gobiernos de Alemania y Luxemburgo, especialmente pertinente e importable a nuestro país si tenemos en cuenta que el Real Instituto Elcano desveló en su informe de 2020 ‘Los españoles ante el cambio climático’ que una de las acciones percibida como más efectivas en la lucha contra el cambio climático en nuestro país es, precisamente, la reforestación y la limpieza de bosques.

Y, por último, del lado público también están haciéndose esfuerzos fuera de nuestras fronteras para fomentar la financiación sostenible entre las empresas. La Autoridad Monetaria de Singapur, por ejemplo, creó el año pasado un marco para la concesión de préstamos verdes o vinculados a la sostenibilidad que entró en vigor el pasado 1 de enero. Pionero a nivel mundial, busca apoyar a las empresas de todos los tamaños para que obtengan financiación verde y sostenible al sufragar los costes de contratación de proveedores de servicios independientes para validar sus credenciales ecológicas y de sostenibilidad por importes de hasta 100.000 dólares.

El marco también alienta a los bancos a desarrollar marcos para la concesión de préstamos ecológicos o vinculados a la sostenibilidad a pymes, en que, de nuevo, la Autoridad Monetaria está en disposición de cubrir hasta 120.000 dólares para la contratación de proveedores independientes de servicios de asesoramiento y evaluación de la sostenibilidad y hasta 180.000 para el desarrollo de programas dirigidos especialmente a pequeñas y medianas empresas o a particulares.

Tras este primer compendio, en nuestra próxima edición nos fijaremos en algunas de las iniciativas más innovadoras de nuestro país, completando una puesta al día de en qué punto se encuentran las finanzas sostenibles dentro y fuera de nuestras fronteras encuadrada en un proyecto sobre innovación sostenible que Finresp espera hacer público en las próximas semanas.