El Economista explica en este artículo cómo en los últimos meses, múltiples gestoras que venden sus productos en Europa han dado un paso atrás en lo que respecta a las etiquetas de sostenibilidad de sus fondos. Lo que han hecho es rebajarlos de nivel, retirándoles la clasificación de ‘artículo 9’ (la máxima categoría según el Reglamento europeo de Divulgación de la Comisión Europea, SFDR por su acrónimo anglosajón) y cambiarla por una más modesta, la de ‘artículo 8’,

El motivo es que esos productos no reunirían las características necesarias para autodenominarse ‘artículo 9’. No puede olvidarse que se trata de una autoclasificación, es decir, que cada gestora decide en qué artículo encajan mejor sus fondos.

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