En este artículo de Cinco Días se está analizando cómo unas normativas más duras para poder denominarse sostenible está provocando que casi mil fondos, domiciliados en la Unión Europea, hayan modificado su nombre, añadiendo un término relacionado con la sostenibilidad.

A pesar de ello, un nuevo informe de Morningstar indica que los fondos que han sido renombrados para incluir aspectos de sostenibilidad en su enfoque parecen mejorar sus calificaciones en este aspecto al inicio de su transición; no obstante, en la mayoría de los casos no logran alcanzar el nivel de otros fondos que tienen una trayectoria sostenible establecida, y la incorporación de criterios ASG parece erosionarse con el tiempo.

Para seguir leyendo sobre esta temática, puede hacerlo en este enlace.