La jornada Grandes empresas y sostenibilidad: cómo trasladar los criterios ESG a la cadena de valor puso de relieve el valor de la sostenibilidad en las grandes compañías españolas y su papel de liderazgo en la transición a una economía sostenible
Durante la sesión participaron ponentes de Pacto Mundial de Naciones Unidas España, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la oficina de la OIT para España, así como con responsables de las compañías Acciona, Telefónica y Mapfre
Las grandes empresas están asumiendo una gran responsabilidad para adaptar sus cadenas de valor a los estándares internacionales en materia de sostenibilidad y responsabilidad social, cada vez más exigentes y con objetivos más específicos. Este hecho, además de generar un impacto positivo sobre el conjunto de la economía, está convirtiendo a las grandes compañías en uno de los actores protagonistas del cambio hacia una economía más sostenible, impulsando a su vez al conjunto del tejido productivo.
Esta ha sido una de las principales conclusiones de la jornada Grandes empresas y sostenibilidad: cómo trasladar los criterios ESG a la cadena de valor, celebrada hoy por Finresp (Centro de Finanzas Responsables y Sostenibles de España) y que ha contado con la participación de expertos de primer nivel por parte de organismos internacionales como el Pacto Mundial de Naciones Unidas España, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la oficina de la OIT para España, así como con responsables de las compañías Acciona, Telefónica y Mapfre.
La jornada, moderada por Ricardo Pedraz, analista de Finanzas Públicas de Afi, comenzó con la introducción de Mirenchu del Valle, secretaria general de UNESPA, quien puso el foco en el valor y el impacto positivo que está generando la apuesta por la sostenibilidad por parte de las grandes empresas españolas sobre la economía y la sociedad en su conjunto, en un contexto internacional donde los conflictos geopolíticos y sus consecuencias marcan la actualidad. Además, del Valle expuso la necesidad de contar con una legislación clara que aporte seguridad jurídica y marque objetivos definidos sobre lo que es y no es sostenible: “Estamos asistiendo a una auténtica oleada de regulación en materia de sostenibilidad a nivel internacional y, de forma particular, en el ámbito de las finanzas sostenibles tras la publicación de la taxonomía verde europea”.
A continuación, se dio paso al diálogo con Javier Molero, director de Proyectos y Agenda 2030 de Pacto Mundial España; Julia del Valle, Policy Analyst de OECD y Félix Peinado Castillo, director de la oficina de la OIT para España, quienes abordaron la coexistencia de los tres estándares alinear el comportamiento empresarial con los objetivos internacionales de sostenibilidad y explicaron la lógica y normas de aplicación de cada uno de ellos.
Javier Molero profundizó en las características de los Principios Rectores dirigidos a los estados y a las empresas, además de señalar los mecanismos de reparación que ambos tipos de entidades deben poner en marcha. Asimismo, expuso el modelo de gestión de los Principios Rectores, cuyo objetivo es integrar los Derechos Humanos en las empresas a través de tres pasos: el compromiso político, la debida diligencia y los mecanismos de reclamación. También presentó los resultados de la Consulta para la Estrategia de Desarrollo Sostenible 2030’ de Pacto Mundial.
Por su parte, Julia del Valle profundizó en la definición del concepto de conducta empresarial responsable de la OCDE y las Líneas Directrices para Empresas Multinacionales. “Hoy en día hay 50 países que se han adherido a estas directrices, y representan el 71% de los flujos globales de salida de inversiones extranjeras directas, y el 63% de entrada”. También ahondó en el fundamento complementario para promover e incorporar la debida diligencia basada en el riesgo, cuyo objetivo es identificar, prevenir, mitigar y rendir cuentas sobre cómo se abordan los impactos relativos adversos reales y potenciales en operaciones y cadenas de suministro”.
A su vez, Félix Peinado centró su intervención en el papel transformador que tienen las grandes empresas y su capacidad para impulsar un cambio positivo, en referencia a las condiciones de trabajo en los países en los que opera y haciendo referencia a la Declaración sobre Empresas Multinacionales de la OIT de 1977, actualizada en 2017, y que es hoy en día “la única declaración internacional que tiene carácter tripartito en su concepción, involucrando a Estados, empresas y trabajadores sobre cómo proceder y definir estándares de sostenibilidad y trabajo decente”.
Tras este diálogo, que concluyó con una reflexión por parte del moderador sobre el impacto positivo que la exigencia en materia de sostenibilidad para las grandes empresas está generando sobre el conjunto del sistema económico, tuvo lugar una mesa redonda en la que participaron Isabel Garro, Global Sustainability Leadership Manager de Acciona; Carlo Manuel Drauth, Head of Responsible Business and Human Rights de Telefónica y Mónica Zuleta Díaz, directora corporativa de Sostenibilidad de Mapfre.
Isabel Garro inició la mesa de debate destacando la importancia de aplicar las denominadas “tres erres: responsabilidad, resiliencia y regeneración” a los proyectos, y explicó que para las grandes compañías “lo más fácil es conocer los estándares, lo más difícil y lo que está por hacer es, a partir de estos marcos, convertir la gestión de riesgos en materia social y ambiental en una oportunidad para generar valor para la compañía”.
Por su parte, Carlo Manuel Drauth puso el foco en la importancia de realizar evaluaciones de impacto a nivel local y global de manera constante para identificar nuevos riesgos y oportunidades y poder actuar con premura al respecto. “Los mayores retos para aplicar los estándares de sostenibilidad vienen a la hora de saber cómo integrarlos en los procesos de la compañía, no tanto por su contenido. Hoy en día, los estándares más complejos son los relacionados con el proceso de establecer la debida diligencia en la cadena de suministro, sobre todo más allá de los proveedores directos”.
Para concluir, Mónica Zuleta destacó el papel de la industria aseguradora para reclamar a todo el tejido empresarial con el que trabaja buenas prácticas en términos de sostenibilidad. “El sector vela por proteger y asegurar infinidad de proyectos, y en este sentido su capacidad para transmitir buenas prácticas es muy amplio”.
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