El pasado 3 de noviembre, la Embajada británica en Madrid y el Centro de Finanzas Sostenibles y Responsables de España (Finresp) co-organizaron una sesión en coincidencia con el día dedicado a las finanzas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático bajo el título ‘El Día de las Finanzas de la COP26: de la ambición a la acción’.

En su introducción al acto, Hugh Elliott, Embajador del Reino Unido en España, resaltó que los dos países comparten “una misma política pública de priorización del cambio climático” y cuentan ade- más “con sistemas financieros entrelazados y con muchos intereses comunes”.

Elliott apuntó asimismo que los gobiernos y agentes financieros presentes en Glasgow prevén poner el foco en tres temas durante la COP26: “el compro- miso de vehicular 100.000 millones de dólares de financiación pública de Norte a Sur”, que el embajador consideró vital llevar a buen puerto “por una cuestión de credibilidad”; “la movilización de 100 billones de dólares de financiación privada al año”, para cuya materialización exigió “claridad y están- dares comunes y comprensibles para todos”; y “la transformación del sistema financiero mundial”.

A continuación, Elliott dio paso a una mesa redonda con representantes del sector financiero español. En su introducción a la misma, su moderador, Juan Carlos Delrieu, Director de Estrategia y Sostenibilidad de la Asociación Española de Banca (AEB), señaló que “finanzas, sostenibilidad y estrategia son un trinomio fundamental para afrontar la inexorable transformación que estamos viviendo, y para lograr que esta transición pueda resultar efectiva y conducirnos a una economía libre de carbono en los próximos años”.

A la pregunta de qué cabe esperar de la COP26, Mónica Zuleta, Directora Corporativa de Sostenibilidad de Mapfre, apuntó que su expectativa es “que pasemos de la retórica a la acción, y que se materialicen alianzas público-privadas que permitan avanzar en el direccionamiento de recursos a países en vías de desarrollo”.

Marta García de Oteyza, Responsible Banking Senior Manager de Santander, consideró que los dos grandes retos de la cumbre son “aportar certeza sobre las sendas de transición para los sectores más intensivos en carbono, y el reto de la homogeneidad y la consistencia regulatoria”.

Ana Puente, subdirectora general de Legislación de Mercado de Valores e Instrumentos Financieros del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, ya consideró un éxito “que la COP26 tenga un día dedicado a las finanzas”, y celebró especial- mente “la creación del International Sustainability Standard Board”.

Por último, Severiano Solana, Director de Estrategia y Seguimiento de Sostenibilidad de CaixaBank, afirmó que “hemos avanzado mucho desde la COP21”, sobre todo “desde el punto de vista social”, porque hoy “todos tenemos claro el horizonte al que nos dirigimos y nos falta por lo tanto fijar los tiempos en el calendario para avanzar hacia él medianamente unidos”.

Sobre cómo puede trasladarse el esfuerzo que exige la COP26 a nuestro país desde el punto de vista de la regulación, Ana Puente consideró imprescindible “combinar la búsqueda de sinergias entre los distintos agentes financieros con un reglamento europeo de aplicación directa”, y que si la trasposición de esa normativa europea requiere algún ajuste en clave española “sea de forma muy meditada y que aporte valor”.

A propósito de los esfuerzos de sus distintas organizaciones en aras de la descarbonización, Marta García de Oteyza recordó al plenario que Santander “ha hecho pública en 2021 su ambición de ser neutra en carbono en 2050 y su adhesión como miembro fundador a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA)”, y señaló que la entidad está desplegando una estrategia con cuatro pilares: “el alineamiento de portfolios, el apoyo a nuestros clientes en la transición, la reducción de nuestra propia huella ambiental, y em- beber el clima en toda nuestra gestión de riesgos”.

Por su parte, Severiano Solana recordó que “estamos ante un cambio tremendamente disruptivo”, y, por lo tanto, “difícil de introducir en el día a día de las entidades”. Y es que, a diferencia de cambios como la digitalización, el reto climático “fija objetivos a 2030 o 2050 en un sector en el que prima la perspectiva anual”, presenta además “grandes retos en materia de obtención de datos”, y, en definitiva, “obliga a las organizaciones a trabajar en escenarios no conocidos en un contexto en que la gente quiere certezas, y en que los reglamentos y las leyes se adaptan a marchas forzadas”.

Mónica Zuleta comentó que “el sector asegurador tiene la ventaja de actuar a la vez como asegurador e inversor”, y que además “genera información y da- tos no solo para el aseguramiento de una catástrofe, sino también para prevenir y mitigar su repetición en el tiempo”. En su faceta de inversor, el sector no debe limitarse sin embargo “a decir en qué vamos a dejar de invertir”, sino trabajar también “para buscar nuevos destinos verdes a esas inversiones”, en que se encuadra por ejemplo la reciente colaboración entre Mapfre e Iberdrola.

Sobre cómo acelerar los esfuerzos del sector financiero para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, Severiano Solana habló de la necesidad de “transparencia y normalización de todo el mundo regulatorio”, y que este sea además “un proceso global”, que no conduzca “ni al greenwashing ni a procesos de deslocalización geográfica”.

Marta García de Oteyza defendió también “un entorno de certeza”, “con planes fijados por los gobiernos con sendas claras e incentivos a todos los agentes: a las empresas que tienen que transicionar, a los in- dividuos que todavía no han cambiado sus hábitos, pero también al sector financiero”.

Sobre hasta qué punto está trabajando la administración en sus exigencias regulatorias al sector financiero sabiendo que faltan estándares e información, Ana Puente afirmó que todos los sectores con los que ha hablado parecen tener una misma sensación sobre las finanzas sostenibles: “que estos sectores ya tienen su propia normativa ambiental, y que esta se endurece por cinco en la taxonomía para la finanzas sostenibles”. Por eso consideró necesario transmitir a estos sectores que la normativa ambiental va por un lado, pero que la taxonomía tiene por objetivo “que el sector financiero determine si son merecedores o no de la financiación privada con la que cumplir los objetivos a largo plazo en materia de descarbonización”.

Puente admitió asimismo que “estamos pidiéndole al sector financiero mucho más que al resto porque le asignamos una función de velador de que todo vaya bien”, pero que “el financiero no es un sector cualquiera”, porque tiene un encaje en la economía y la sociedad “diferente y especial”. La subdirectora general de Legislación de Mercado de Valores e Instrumentos Financieros aprovechó además para declarar que “la administración es muy consciente del esfuerzo y papel que se le está pidiendo”.

Sobre la necesidad de embarcar en la descarbonización a los países en vías de desarrollo, Marta García de Oteyza señaló que estos presentan “dos barreras clave”. Por un lado la percepción de urgencia, “que no ha calado igual que en los mercados en desarrollo”, y, por otro, “la falta de fondos”.

Por último, sobre qué objetivos les gustaría haber cumplido si se repitiese la sesión dentro de cinco años, Mónica Zuleta deseó “que hayamos logrado movilizar los recursos necesarios a la descarbonización y a todo lo relativo a la movilidad sostenible, porque uno de los mayores generadores de gases de efecto invernadero es el transporte”. Severiano Solana afirmó que “ojalá podamos decir que en Glasgow pasamos de las palabras a los hechos”, y Marta García de Oteyza que “en cinco años, el reto del cambio climático no esté resuelto, pero sí encauzado”.

En el segundo bloque de la sesión, dedicado a glosar distintas iniciativas supranacionales, habló en primer lugar Carolina Yazmín López, Coordinadora de Capacitaciones a nivel mundial y Representante en Chile de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI).

López alertó a los asistentes a la sesión de que “los fenómenos meteorológicos extremos son ya una realidad”, y que, por lo tanto, “hay que actuar ahora” porque los actuales niveles de CO2 “no se veían desde hacía dos millones de años”. También señaló que la ONU habla claramente de “una alerta roja para una humanidad que cada vez está menos dispuesta a aceptar la inacción de los gobiernos”.

La representante de UNEP FI se refirió a continuación a la misión de su organización, “que cuenta con 400 miembros y con más de 100 instituciones de soporte, como Finresp” y se refirió a algunas de sus actividades en el marco de la COP26, como su labor de secretaría de la Alianza financiera de Glasgow para Net Zero. A modo de cierre, López enfatizó que “el sector financiero tiene un rol clave en la lucha contra el cambio climático, en la mitigación y la adaptación a través de la financiación y en la protección de la biodiversidad y de los ecosistemas, cuya degradación podría tener profundas implicaciones para el conjunto de la economía mundial”.

Tomó la palabra a continuación Mónica Malo, Di- rectora de Comunicación, Relaciones Externas y Sostenibilidad de CECA, quien explicó al plenario la labor de la red Financial Centers for Sustainability, “en la que el sector financiero español participa a través de Finresp y del Barcelona Centre Financer Europeu”. FC4S “nació en 2017 durante la cumbre del G-7 y bajo su presidencia italiana”, y, cuatro años después, “cuenta con 39 miembros en 5 continentes que representan a más del 80% del merca- do mundial de renta variable”.

En el marco de la COP26, FC4S prevé participar en la conferencia ‘Unpacking COP26’ junto a la comisaria europea Mairead McGuiness, y presentar en su transcurso “las principales conclusiones del estudio anual en el que participa toda la red para ver la evolución de los distintos centros y los principales impedimentos en el avance de los mercados financieros hacia la descarbonización”. Malo resal- tó asimismo la presentación durante la cumbre de “un análisis de las hojas de ruta de las estrategias de finanzas sostenibles”, de especial interés para nuestro país “por tener pendiente todavía su Plan Nacional de Finanzas Sostenibles”.

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